El sábado 26 de abril, la Diócesis de Quilmes se unió a toda la Iglesia en la emotiva Misa de Exequias del Papa Francisco, presidida por el Obispo Carlos José Tissera en la Iglesia Catedral de Quilmes.

La ceremonia, cargada de sentimientos de tristeza y esperanza, fue un momento de reflexión para todos los fieles, quienes compartieron la pérdida de un padre espiritual que dejó una huella imborrable en la Iglesia y la humanidad.

En su homilía, Monseñor Tissera expresó: “La Iglesia y la humanidad entera hoy siente algo de orfandad; sentimos la muerte de un padre que nos ha mostrado la ternura del amor de Dios: el querido Papa Francisco. Nos sentimos partícipes de los sentimientos de los discípulos que lloran la muerte dolorosa y trágica de Jesús en la cruz. Se han juntado para ayudarse a sobrellevar el momento”.

El Obispo de Quilmes destacó que, a partir de ahora, el Papa Francisco ya no hablará desde la Cátedra de Pedro en Roma, pero su legado y su testimonio continuarán vivos: “La fuerza del testimonio es la que seguirá vigente y seguirá transformando corazones. El legado de Francisco nos ayudará cada día, nos motivará para ser testigos de la Resurrección de Cristo, como él lo fue”, señaló.

Durante la misa, también se recordó la figura del Papa Francisco en su Domingo de la Misericordia, haciendo eco de sus palabras y enseñanzas. Monseñor Tissera citó varios pasajes de su homilía y documentos como la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium y la Carta Encíclica Dilexit nos. “(Francisco) seguirá andando en medio nuestro, de una manera diferente, misteriosa. Sus gestos y enseñanzas nos movilizarán para verlo presente junto a los niños que sufren las injusticias, al lado del que pide ayuda en una esquina, en las personas que revuelven la basura buscando qué comer; lo encontraremos durmiendo en la calle junto a esa familia sin techo y sin trabajo; lo veremos sentado o caminando con los carreros, allí estará con los presos en las cárceles; su espíritu estará presente en los millones de hombres y mujeres que sufren guerra y persecución”, reflexionó el Obispo.

En este sentido, el Padre Obispo Eduardo Redondo, Auxiliar de la Diócesis de Quilmes, también dedicó unas palabras al Papa Francisco, a quien calificó como alguien que “revolucionó la Iglesia y al mundo entero”. Resaltó su pasión por la paz y su empeño por crear una iglesia al servicio de los demás: “Nos cambió la vida, que nos cambió el corazón. Fue una persona que nos invitó a caminar juntos, a querer, luchar y trabajar para vivir la gracia por una patria de hermanos”, afirmó.

La Catedral de Quilmes estuvo colmada de fieles, al igual que el lunes 21 de abril, cuando el pueblo de la diócesis se reunió para rezar por el Papa Francisco, siguiendo su deseo de oración y cercanía con el pueblo.