En una entrevista realizada en el programa "Haro con Hache" que se emite por FM SUR 88,9, el contador Daniel Razzetto, quien presidió el Quilmes Atlético Club durante una etapa crítica de su historia, repasó los desafíos que enfrentó durante su gestión y compartió su visión sobre el presente político de la institución.

Con el marco donde las agrupaciones se preparan para las elecciones dentro de la institución y algunas analizan la posibilidad de una unidad dirigencial, sus palabras aportan una mirada desde la experiencia y la memoria institucional.

“Cuando asumí, hace 27 años, la situación era realmente bastante compleja, muy compleja”, comenzó Razzetto, al describir el escenario que le tocó enfrentar. El club debía 7 millones de dólares, estaba en el Nacional B y su presente deportivo no ofrecía alivio. “Iba a la quiebra”, recordó, destacando que en ese entonces “ni siquiera existía la Ley de Fideicomiso”, lo que hacía que la única alternativa posible fuera una quiebra comercial.

Ante ese panorama, Razzetto remarcó la importancia de la unidad política alcanzada por los sectores dirigenciales de aquella época. “Esa unidad sirvió”, afirmó con contundencia. Le permitió al club evitar la quiebra y, a él, gobernar durante casi tres mandatos consecutivos.

Al comparar ese pasado con la realidad actual del club, fue cauto: “No estoy en el día a día, honestamente no conozco la situación económica ni la predisposición del oficialismo”, señaló. Sin embargo, marcó una diferencia positiva en el presente: la masa societaria “está mucho más consolidada” que en su tiempo. “Cuando asumimos, Quilmes tenía solo 1500 socios y no había débito automático”, explicó.

Consultado sobre las diferencias entre las agrupaciones políticas que hoy coexisten en el club, Razzetto fue directo: “Todos sabemos lo que hay que hacer en Quilmes: trabajar el semillero, hacer obras, impulsar una campaña de socios. Las diferencias entre las plataformas son mínimas. Lo que impide la unidad son los egos, no las ideas”.

Actualmente, hay sectores como la agrupación Celeste y la agrupación Verde que se muestran dispuestos a trabajar en una unidad. En cambio, la agrupación Plateada y la Gris no estarían de acuerdo con esa opción. Por su parte, la agrupación Negra —que hoy conduce los destinos del club— aún no ha tomado una postura pública.

Pero más allá de las intenciones, Razzetto subrayó que “plasmar la unidad en el día a día es muy difícil” y “sostenerla, aún más”. Lo atribuyó al estilo presidencialista que suele imperar en los clubes del fútbol argentino, donde muchas veces el presidente “se corta solo” y deja afuera a quienes lo acompañaron en la conformación de una lista. “Para que la unidad funcione, se necesita una persona con mucha cintura y muy flexible”, advirtió.

Por último, aseguró que “Independientemente de si hay unidad o listas individuales, Quilmes necesita gente joven, con ideas nuevas, y también gente con experiencia, que pueda aportar desde el conocimiento y la gestión, como levantar un teléfono y resolver un problema”.